viernes, 29 de junio de 2018

EL BUCLE DE LA ESTUPIDEZ


El ser humano ha conocido tiempos
más sombríos; tan bobos, posiblemente no.
Luis Goytisolo. Frustación y narcisismo.

El término estupidez suele aplicarse a personas que piensan, hacen o dicen cosas contrarias a sus intereses con la naturalidad y el convencimiento de estar haciendo lo que les conviene.

Antes del advenimiento de la informática y las nuevas tecnologías que se apoyan en ella, como bucle se entendían formas helicoidales como los rizos del cabello. Hoy en día, también se aplica a los dispositivos de control que son imprescindibles para el funcionamiento de cualquier ente autónomo, sea técnico, social o biológico. Suelen consistir en algún circuito o método que retroalimenta o informa al ente de su propia acción, así este puede corregirla según lo programado o establecido y las condiciones en que, a lo largo del tiempo, debe realizar su cometido.

Aunque afectado por una necrosis cada vez más difícil de ocultar, el sistema económico burgués es un ente autónomo que, entre sus consignas u objetivos, tiene programado dominar la única fuente de riqueza, es decir, el trabajo. Para eso es necesario que las células productoras, los trabajadores, cedan estúpidamente su trabajo, sin preguntas, sin intentar entender el porqué, ni el para qué o el para quién.

Como todo ente autónomo, el sistema económico, dispone de su correspondiente retroalimentación. Consiste en un dispositivo de vigilancia configurado por las organizaciones políticas que, entre otras muchas cosas, medirán el nivel de estupidez necesario en los trabajadores para que el sistema funcione, a partir de ahí elaborarán las consignas de corrección según que el resultado del sistema se aparte más o menos de sus objetivos.

Cuando las circunstancias le permiten abandonar la pura violencia, el sistema económico utiliza grandes y sofisticados medios de información y propaganda para divulgar y estimular esas correcciones Con semejante cometido estos medios se convierten en voceros de la estupidez, compitiendo entre ellos por dar el mensaje más lerdo. Cultivan y endiosan a ciudadanos hedonistas y superficiales, puras apariencias que consideran una perdida de tiempo pensar y analizar su propia realidad. Ciudadanos que prefieren seguir a quien, con la preparación adecuada según esos medios de divulgación, piensan y analizan por ellos, ahorrándoles ese tedioso esfuerzo. Ciudadanos a los que su parte social se les antoja un apéndice inútil heredado de etapas evolutivas anteriores. Ciudadanos a los que la solidaridad y el compromiso social les parecen fenómenos fruto de un resentimiento patológico que debiera ser tratado por especialistas. Es más, consideran al ciudadano comprometido una especie de delincuente empeñado en desbaratar las excelencias del sistema, la paz social, el buen ambiente, el 'buen royo'.

Esos medios tienen como encargo divulgar y ensalzar a un sujeto cuya única identidad es estética: perfectamente aseado, cuerpo modelado en el gimnasio, vestido a la moda, amable y alegre, pero sin una sola idea, propia o ajena, en la cabeza. Es decir, sujetos con la actitud mental perfecta para extraerles el trabajo sin mayores problemas.

Son los nuevos ignorantes. Su ignorancia no se fundamenta en la falta de recursos y formación, han estudiado por lo menos hasta los dieciséis años y un buen porcentaje han alcanzado niveles universitarios. En sus trabajos desarrollan tareas complejas, que requieren agilidad y versatilidad mentales que rara vez aplican a su propia realidad. Es evidente que su actitud, su neoignorancia es consciente, están orgullos de ella, hasta suelen presumir de no haber leído un triste libro desde que dejaron los estudios. Exigen que otros hagan el esfuerzo de entender. A ellos sólo les interesa, fuera del trabajo, que les distraigan, que les mantengan el cerebro en suspensión, en 'stand-by'.

En contraposición a un bucle de retroalimentación negativa que corrige tanto el defecto como el exceso, potenciando un sistema equilibrado, el control social es un bucle de retroalimentación positiva que sólo corrige las tendencias a la baja propiciando un sistema en constante crecimiento. Así, con semejante método de control de la estupidez necesaria, esta crece constantemente y esa, seguramente, es la razón de que nunca como hoy en día, la sociedad se haya parecido tanto a un teatro de marionetas. La ignorancia siempre se ha intentado ocultar, siempre se ha llevado con vergüenza, sin embargo, en la actualidad es algo tan positivo y tan deseable que no es inconveniente, sino todo lo contrario, para llegar, por poner un ejemplo, a presidente de los EEUU.

Los sistemas de retroalimentación positiva suelen colapsar, pues el punto de equilibrio es constantemente superado. Se puede ver un ejemplo de esos procesos de acción positiva en la poblaciones primitivas, cuyo progreso estaba constantemente limitado por la escasez de recursos. Cuando por alguna razón cultural o, simplemente, por mejoras en el clima los recursos crecían, la población crecía igualmente hasta absorber los nuevos recursos, retornando al estado de escasez, a la desazón y a la violencia para obtener el pan de cada día. Todo el mundo sabe que la guerra y todas sus desgracias adjuntas, es la salida que las clases dominantes suelen utilizar cuando su sistema económico se viene abajo. Es fácil observar como, en respuesta a los amagos de bancarrota en USA, sus gobiernos siempre reaccionan invadiendo y destrozando algún país.

Acaso se trate de una forma 'natural' de control, salida de de la naturaleza de las personas, pero lo cierto es que, como se demuestra actualmente con el capitalismo, es un sistema inestable que oscila permanentemente entre periodos de tremendos esfuerzos para llegar a la cresta, seguidos, de forma irremediable e inmediata, de un descenso a los mismísimos infiernos.

La manera de romper ese cruel generador de ondas, sería no seguir a los grandes medios de propaganda, intentando obtener nuestra propia retroalimentación del sistema. Sin embargo, para los neoignorantes, tiene el inconveniente de necesitar la activación del cerebro con todo el esfuerzo que eso conlleva. Y un grave problema para todos: cuando a los burgueses les dejan de ser útiles sus deslumbrantes presentadoras y sus bien pagados intelectuales, suelen sustituirlos por señores con botas, casco y porra. Acaso no son tan convincentes, pero resultan igualmente eficaces para alienar o 'estupidizar' al pueblo.

2 comentarios:

  1. Impactante, contundente, claro, se lee de una galopada. Bravo!!!.
    Has inventado una palabra "neoignorante", paralela y complemento de neoom,💪🏾👏🏽

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  2. Buena literatura contemporánea y personal que muestra el fondo de la dominación del capital sobre el trabajo.

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